Informe redactado en Abríl de 1944 por el Médico Jefe del II./Pz.Rgt. 3 (2. Pz.Div.) dirigido al Médico Jefe de la 2. Pz.Div. donde se describe el empleo práctico de los servícios médicos de este batallón acorazado en operaciones de combate.

Nota:
Interesantísimo documento sobre un tema bastante desconocido como és la organización de los servícios médicos dentro de los batallones acorazados alemanes. Como se desprende del contenido del documento el empleo y la equipación de estos servícios en la práctica difería de lo establecido en las regulaciones oficiales.

08.04.1944

Abteilungsarzt

II./Panzer-Regiment 3







En relación a:
Médico de la División, 2. Pz.Div. Az 13 fechado el 28.03.1944

Asunto:
Informe sobre los servícios médicos dentro de un regimiento acorazado

Dirigido a:
Médico de la División, 2. Pz.Div.






Informe exhaustivo sobre los servícios médicos
en las operaciones de un batallón acorazado




Para la realización de su servício en la tropa se han previsto para el médico del batallón (Abteilungsarzt) los siguientes vehículos: 2x vehículos de transporte de tropas, 1x ambuláncia, 1x Kübelwagen, 1x Volkswagen, 1x camión sanitário. Adicionalmente durante las operaciones siempre ha dispuesto de un carro de combate. Para la atención de los heridos en futuras operaciones seguirá teniendo a su disposición un carro de combate - así ha sido acordado con el comandante del batallón.

Las operaciones en combate generalmente se realizan de modo que el médico del batallón acompaña desde su carro de combate ó bien a la compañía más adelantada ó bien al comandante. En su carro de combate el médico del batallón, además del receptor y emisor de radio con el que está equipado el vehículo, dispone del siguiente equipo sanitário: su maletín sanitário, 2x botiquines y tablillas (Schienenmaterial). Junto al médico del batallón ó bien detrás del batallón se encuentran los dos vehículos de transporte de tropas, cada uno bajo el mando de experimentado personal sanitário. Estos dos vehículos tambien están equipados cada uno con un emisor y un receptor de radio, por lo que en cualquier momento pueden ser requeridos por el médico. En su interior estos vehículos disponen de 4x camillas suspendidas en tensión por muelles, de suficiente material para vendajes, tablillas y un botiquín para el personal sanitário además de 2x subfusiles como armamento.

La ambulancia del batallón, con un experimentado camillero ó personal sanitário como copiloto, se encuentra lo más adelantado posible que un vehículo no blindado pueda encontrarse. Su posición tiene que haber sido anteriormente exactamente acordada pues los dos vehículos de transporte de tropas deben transportar hasta allí a los heridos. En caso de ser necesario - cuando entre la primera línea y el hospital principal (Hauptverbandplatz) deban recorrerse grandes distancias - puede el médico auxiliar establecer en la zona de estacionamiento de la ambulancia del batallón una enfermería de campaña (Truppenverbandplatz). Para ello el médico auxiliar además de la ambulancia tiene a su disposición el Kübelwagen con todo el equipo sanitário necesario.

El carro de combate permite al médico acompañar al resto de vehículos acorazados al combate y ofrecer primeros auxilios directamente sobre el lugar a los heridos, generalmente cuando su carro de combate ha sido destruido por armas anticarro ó como sucede frecuentemente en la Campaña del Este cuando las tripulaciones que han tenido que abandonar su carro de combate son heridos por armas de infantería ó artillería. Adicionalmente detrás del carro de combate, el cuál puede ser denominado como hospital volante, los heridos y el médico pueden gozar de una cierta protección. Un ilustrativo reportaje gráfico sobre la atención médica del II./Pz.Rgt. 3 durante los combates en Orel en el verano de 1943 puede encontrarse en la revista "Die Wehrmacht" número 16 del 28.07.43.

El armamento de este carro de combate permite además protejer a los heridos y al médico que se encuentran fuera del vehículo. Gracias al equipo de radio el médico puede en todo momento seguir el transcurso del combate, ser requerido al lugar donde se encuentran los heridos y a través de su receptor obtener correcciones sobre el lugar exacto donde estos se encuentran. La equipación con receptor y emisor de radio ha dado excelentes resultados y se considera como totalmente imprescindible.

Tras haber recibido los primeros auxilios y gracias a los vehículos blindados de transporte de tropas, los heridos pueden ser inmediatamente retirados de la zona de combate y ser transportados cuidadosamente y con una cierta seguridad. Si es necesario en la enfermería de campaña los heridos pueden recibir asistencia médica adicional. Desde aquí los heridos son por la ambulancia rapidamente transportados al hospital principal, cuando las carreteras están embarradas por uno de los dos vehículos de transporte de tropas. La combinación entre los primeros auxilios realizados en la zona de combate y la adicional asistencia llevada a cabo en la enfermería de campaña crea el necesario equilibrio entre las primeras medidas y la preparación para el definitivo y largo transporte al hospital principal. Cuando el número de heridos es especialmente alto la realización de la más meticulosa atención médica posible es especialmente deseable pues los hospitales principales frecuentemente se encuentran tan ocupados con la realización de operaciones urgentes que ahí no es posible llevar a cabo el simple cambio de vendas, correcciones en las tablillas, etc.

La combinación entre el carro de combate del médico y los vehículos blindados de transporte de heridos representan la solución ideal para llevar a cabo la primera atención médica de los heridos y su retirada de la zona de combate.

La pérdida de vehículos de transporte de tropas durante las operaciones ha demostrado claramente que sin ellos la función del médico se vé muy limitada, es decir, el médico se vé obligado a recoger a los heridos en la zona de combate y transportarlos en su carro de combate hasta la zona de estacionamiento de su ambulancia ó hasta el hospital principal, motivo por el que la tropa combatiente tiene que prescindir durante un largo periódo de tiempo de sus servícios. Por el otro lado durante los combates en la Campaña del Este se ha constatado repetidamente que sin el carro de combate del médico ó tras su pérdida el valor de los vehículos de transporte de tropas se vé muy afectado, pues el vehículo de transporte de tropas, en el que entonces necesariamente se encuentra el médico, se pierde para asumir el transporte de los heridos ó bien tiene que aceptarse la indisponibilidad del médico por un largo periódo de tiempo.

Otro motivo por el que los vehículos blindados de transporte de tropas pierden efectividad sin el carro de combate del médico, es el hecho que el médico con estos vehículos muy frecuentemente no puede encontrarse tan cerca de la tropa combatiente como sería deseable y necesario. Durante la Campaña del Este en muchas ocasiones - tras haber perdido su carro de combate - el médico en el vehículo blindado de transporte de tropas no ha podido alcanzar la posición donde se encontraban los heridos pues los proyectiles de los fusiles anticarro perforan el blindaje de estos vehículos. En estos casos los heridos han tenido que ser transportados en otros carros de combate. Por el contrario en muchos casos soldados de infantería muy gravemente heridos han podido ser recogidos en primera línea por el carro de combate del médico, zona que el vehículo de transporte de tropas nunca hubiera podido alcanzar.

En un batallón acorazado y en interés de los heridos no siempre puede atenderse la orden fundamental divisionária del 13.08.1942 según la cual el médico no debe superar la zona del puesto de mando del batallón.

Otro motivo que no debe subestimarse para que el médico sea equipado con un carro de combate es su efecto moral sobre la tropa. El saber que durante el combate el médico se encuentra entre ellos tiene para los soldados un efecto reconfortante y tranquilizador. En repetidas ocasiones antes del combate he podido escuchar frases como: "Qué nos puede pasar! Y si nos pasara algo el doctor está con nosotros".

Dentro de compañías acorazadas independientes no existen las posibilidades de atención médica descritas anteriomente. El sanitário en motocicleta ó Volkswagen no puede seguir a los carros de combate. El incorporar a personal sanitário ó camilleros en uno de los carros de combate, donde deben asumir adicionalmente la labor de radiotelegrafista ó cargador, no es aconsejable pues la misión de este carro de combate en esta constelación es la de combatir, algo que no es posible si una parte de su tripulación debe atender a los heridos. En Marzo de 1943 este problema se solucionó temporalmente incorporando en cada compañía un Panzer II como carro de combate sanitário y cuyo comandante era el médico de la compañía correspondiente. Desgraciadamente poco despues todos los Panzer II fueron retirados del servício. Los camilleros auxiliares unicamente pueden realizar su labor cuando se sufren heridos en el carro de combate al que han sido asignados.

Por estos motivos se ha constatado como absolutamente indispensable que todas las tripulaciones de carros de combate sean capaces de realizar los primeros auxilios más urgentes, como controlar grandes hemorragias, realizar vendajes de urgencia así como entablillados provisionales. La recuperación de heridos, especialmente en sus extremidades, así como de soldados insconcientes del interior de un carro de combate destruido es en muchas ocasiones difícil. El empleo de los cinturones de recuperación corrientes existentes en el batallón facilita estas labores.

Las labores de asistencia médica a los heridos se ven muy poco influenciadas si se trata de combates ofensivos ó bien de combates defensivos. El transporte de los heridos se lleva a cabo tambien del mismo modo. En el transcurso de grandes operaciones ofensivas la posición del carro de combate del médico se encuentra detrás de la primera ola atacante, mientras que en la defensa, hasta que se sufren los primeros heridos, su posición se encuentra en la cercanía del puesto de mando del batallón.

Debe todavía de recapacitarse si es siempre necesario que el médico auxiliar establezca una enfermería de campaña entre el carro de combate del médico, donde los heridos reciben la primera atención médica, y el hospital principal. Las experiencias, especialmente las del ultimo año en la Campaña del Este, han constatado que en casi todos los casos la asistencia médica prestada en el carro de combate del médico ha sido tan exhaustiva que el transporte de los heridos hasta el hospital principal se ha podido realizar sin problemas en el vehículo de transporte de tropas ó en la ambulancia. Esto se ha visto favorecido por el hecho que generalmente los hospitales principales han sido ejemplarmente establecidos en la cercanía de la primera línea.

Otro motivo por el que debe recapacitarse si el médico auxiliar debe participar en la atención médica de los heridos y en caso afirmativo cuándo, es el hecho que tras los primeros combates - cuando una série de carros de combate han sido destruidos - los servícios de retaguardia de un batallón acorazado suelen ser generalmente mucho mayores que la escuadra de combate. Este fué p.e. el caso del batallón tras los primeros días en los duros combates en Orel, es decir, en los ultimos cinco meses de la Campaña del Este. A largo plazo no es prudente dejar a los servícios de retaguardia sin médico, además de que la atención de los heridos leves unicamente puede realizarse ahí. Un ir y venir del médico entre la retaguardia y la escuadra de combate es difícil pues generalmente las distancias son demasiado grandes.

En futuras operaciones, donde pudieran ser empleadas desde el aire ó desde tierra armas químicas contra la tropa combatiente en primera línea, la implicación del médico auxiliar para socorrer a los heridos es imprescindible.

Para el médico del batallón la necesidad de establecer una enfermería de campaña fija se dá cuando, como sucedió en los combates en Orel, ha perdido todos sus vehículos blindados por acción del enemigo y debido a la situación material el batallón no puede asignarle un carro de combate. En este caso establecerá su enfermería de campaña, siempre que sea posible, en la cercanía del puesto de mando del batallón, lugar a donde deben ser transportados los heridos.

Debe tambien comentarse que el camión sanitário, por motivos de seguridad, generalmente se encontrará con los servícios de retaguardia. Debe dársele gran valor a un constante y suficiente aprovisionamiento de material sanitário. El disponer en todo momento de gran cantidad de material sanitário, especialmente en la Campaña del Este con las dificultades de abastecimiento existentes, ha sido determinante, tambien de una forma especial cuando el batallón ha sido subordinado a divisiones extrañas. Solo de este modo se ha podido en todo momento atender suficientemente a los heridos y enfermos.





Firmado: Dr. Wolters,
Médico Jefe y Médico del Batallón