Documento redactado a comienzos de Febrero de 1945 por el comandante del s.Panzer-Abteilung 510, Major Kurt Gilbert, dirigido a un General cuyo nombre no se revela en el documento. Con este escrito Gilbert trataría de conseguir la evacuación de su desmembrado Batallón Tiger de la península de Curlandia a una zona de operaciones más apta para una unidad acorazada pesada y donde además fuera posible su reorganización.

Nota:
Gilbert no lograría su objetivo. El s.Pz.Abt. 510, junto a la 14. Pz.Div., era la única reserva acorazada del HG Nord y su evacuación hubiera supuesto, además de una merma fundamental de la defensa, un golpe moral para las tropas cercadas en la bolsa de Curlandia. No sería hasta la segunda semana de Abríl de 1945, tras la sexta y última batalla de Curlandia, cuando partes del cercado s.Pz.Abt. 510 serían avacuadas de la península, restando en la bolsa un grupo de 13 Tiger I subordinados a la 14. Pz.Div. (Kampfgruppe Wise) y que capitularían finalmente el 8 de Mayo de 1945.

O.U., 07.02.1945

Gilbert
Major u. Abteilungs-Kommandeur
s. Panzer-Abteilung 510







Estimado sr. General!

Debido a los acontecimientos en el centro de nuestro Frente del Este estará usted con toda seguridad muy ocupado, razón por la que la en su momento planeada visita no ha podido llegar a producirse.

Por este motivo me permito el informar al sr. General sobre una série de puntos que afectan al s.Panzer-Abteilung 510.

El Batallón dispone actualmente todavía de 21 carros de combate. Entre ellos se encuentran 3 vehículos de mando, uno de los cuales he ordenado modificarlo a carro de combate para así aumentar la capacidad combativa del Batallón.

Durante las operaciones en Curlandia (Kurland), que sin lugar a dudas y debido a las características de su terreno suponen una elevadísima carga para el material, el Batallón ha combatido en el mejor de los casos con entre 10 - 14 carros de combate. Esto supone en la práctica que se ha operado con una compañía. En el caso de que debido a ininterrumpidas operaciones de dos semanas y más de duración, como vuelve a ser actualmente el caso, y los carros de combate no puedan gozar del debido mantenimiento técnico esta situación conduce irremediablemente a una importante disminuición de los vehículos operativos.

Por el contrario el resto de partes del Batallón se encuentran practicamente completas. Durante el traslado de la 3. compañía como unidad personal a Padeborn, hace cuatro semanas, hice todo lo posible, frente a la resistencia del Grupo de Ejercitos y de la Armada, por trasladar a la patria tambien el mayor número de los valiosos vehículos de abastecimiento. Aún y así la equipación restante aquí de estos vehículos es, en relación a la fuerza combativa, demasiado alta. En base a la ahora emitida directiva del OKH debe de entregarse todo tipo de equipo prescindible: dentro de este equipo se encontrarían una parte de mis camiones pesados y vehículos de abastecimiento.

En el transcurso de los combates en los que ha participado el Batallón mi principal objetivo ha sido siempre el mantener y conservar el valioso equipo que me ha sido confiado, y estoy orgulloso de, a pesar de los movimientos de retirada y el avance enemigo sobre el Niemen (Memel), de haberlo conseguido casi al cien por cien.

Partiendo del hecho que mi 3. compañía ya se encuentra en la patria y que con ella se pretende reconfigurar el Batallón, he de contar con que proximamente el Batallón sea reconfigurado. En el caso de cumplir ahora con las nuevas ordenes, el Arma Acorazada no solo perdería el extraordinariamente valioso equipo con el que el Batallón fué equipado durante su creación, además para la posterior reconfiguración del Batallón este material tendría que ser nuevamente asignado. Por este motivo ruego que se tome una decisión sobre si debe entregarse este equipo ó bien, mediante la correspondiente disposición del Inspector General de las Tropas Acorazadas, el Batallón puede mantenerlo.

A pesar de los grandes éxitos logrados por el Panzer-Abteilung 510 en la zona de Curlandia, estas operaciones, debido a las condiciones del terreno y la relación de tropas, no son las apropiadas para una tan valiosa unidad acorazada. Muy raramente ha podido sacarse todo el provecho de estos fuertes carros de combate y sus poderosos cañones.

Debe además el sr. General de entender que para mí, como comandante de Batallón, no es muy gratificante ejercer al fín y al cabo como jefe de compañía con un puñado de Tiger dando apoyo moral a la infantería. El completo aparato de mando con sus servícios de mantenimiento, reparación y plana mayor funcionan muy por debajo de su capacidad y aquí este hecho no puede variar pues todas las operaciones se limitan exclusivamente a la estricta defensa a lo largo de un muy reducido sector.

Por todos estos motivos ruego al sr. General que tome una decisión sobre lo que tiene que suceder con estos componentes y que recapacite si, frente a la situación en la que actualmente nos encontramos, no sería más aconsejable emplear el aparato aquí disponible para en un corto periódo de tiempo volver a disponer de un completo Batallón. Existen las capacidades para un traslado, incluso de los carros de combate, pues se han llegado a transportar a la patria locomotoras en transbordadores.

El sr. General puede estar seguro que no le transmito estos pensamientos porque a mí ó a mi gente ya no nos guste estar en Curlandia, sino porque considero que es mi obligación contribuir a que el Batallón pueda ser empleado ahí donde pueda desarrollar toda su capacidad combativa.

Si el sr. General pudiera volver a visitar Curlandia le estaría enormemente agradecido si pudieramos dicutir sobre este tema. Adicionalmente vuelvo a solicitar una reunión personal con el sr. General para poder lograr alcanzar una decisión sobre el futuro del Batallón.

Por ultimo informo al sr. General que el Batallón ha logrado, unicamente en la zona de Curlandia, destruir hasta el momento 221 carros de combate.

Deseándole todo lo mejor al sr. General me despido con la esperanza de que se pueda lograr tomar una rápida decisión sobre los puntos anteriormente enumerados.



Heil Hitler!
Gilbert