Informe redactado por el Generalstabsoffizier von Natzmer (Pz.Gren.Div. Großdeutschland) sobre las experiencias realizadas con el vehículo semioruga lanzallamas (Sd.Kfz. 251/16) entre Junio de 1943 y Febrero de 1944.

Puesto de Mando de la División, 1.2.1944

Panzer-Grenadier-Division Großdeutschland
Ia Nr. 112/44 geh.







Informe sobre las experiencias con el m.Flamm-Pz.Wg. (Sd.Kfz. 251/16)




La Compañía del Estado Mayor (Stabs-Kp.) del Grenadier-Regiment Grossdeutschland dispone desde el 27.6.43 de un pelotón formado por 6 vehículos medios blindados lanzallamas (m.Flamm-Pz.Wg.). Durante el transcurso de 14 operaciones se han realizado las siguientes experiencias:


  1. Tacticamente.

    El vehículo medio blindado lanzallamas, usado correctamente y en manos de un jefe de pelotón enérgico y prudente, ha resultado ser un medio de combate excelente. Mientras más unidos se encuentren los miembros de las tripulaciones y más alta sea su experiencia más grandes serán los éxitos.

    Durante operaciones normales en el marco de un ataque acorazado hay que poner especial atención en eliminar carros de combate y cañones anticarro enemigos que pueden poner fuera de combate al vehículo lanzallamas con un solo disparo. En este tipo de operaciones los principios de mando son los mismos que con el resto de vehículos blindados de transporte de tropas (SPW).

    Aún y así este tipo de operaciones no son las adecuadas para los vehículos lanzallamas, que generalmente deberán de mantenerse como última reserva en manos del comandante del Regimiento y actuarán de forma rápida e inteligente sin el apoyo de otras armas, que ha sido como hasta ahora se han obtenido los mejores resultados.

    Especialmente efectivas han sido las operaciones por sorpresa donde se han utilizado todos los vehículos contra unidades enemigas que han logrado romper nuestras líneas, cuando las operaciones se han producido con tal velocidad que el enemigo no ha dispuesto de tiempo para posicionar sus cañones ó fusiles anticarro. Durante un combate de 45 minutos de duración y tras un avance sin miramientos, se contabilizaron 80 enemigos calcinados, 20 heridos y aproximadamente 20 prisioneros; el resto de tropas enemigas abandonaron sus armas y se retiraron.

    Muy efectivo ha sido el uso de los vehículos lanzallamas durante la noche. Ha quedado demostrado que a pesar de que las llamaradas de fuego en el oscuro campo de batalla se divisan de una forma muy marcada, en muy pocas ocasiones los vehículos han sido alcanzados por cañones anticarro. El deslumbramiento de las llamas lanzadas provoca grandes fallos de estimación y medición de los servidores de los cañones anticarro. La llama posee durante la noche grandes efectos morales. Ademas se ilumina así el terreno para las tropas própias. Durante varios ataques nocturnos se han conseguido grandes éxitos y pequeños grupos de combate enemigos han sido literalmente aniquilados.

    Tambien en combates en campos de maiz y girasoles el vehículo medio blindado lanzallamas ha operado con éxito.

    Es necesario el transportar adicionalmente el máximo número de granadas de mano y munición de subfusíl. El principio de las operaciones con el vehículo lanzallamas tiene que ser siempre: participación del pelotón entero de forma rápida y por sorpresa, precedida por una corta exploración del terreno, para despues avanzar sin ningún tipo de miramientos utilizando de forma conjunta el lanzallamas, granadas de mano y fuego de subfusíl. El jefe del pelotón lanzallamas debe de ser meticulosamente elegido.



  2. Tecnicamente.

    El equipar el vehículo con un tubo lanzallamas en la parte posterior es innecesario. El radio de giro de los tubos principales, radio que es ampliado al conducir a gran velocidad, es totalmente suficiente para cubrir con llamas las aperturas escondidas de búnkers, ventanas de sotanos así como hoyos en el suelo de dificil acceso. El sustituir uno de los dos tubos por el tubo trasero, en caso de que éste dejára de funcionar, es algo que duraría demasiado tiempo. Es más práctico que en ese caso el servidor del tubo averiado continúe con la lucha mediante granadas de mano y fuego de subfusíl para así aprovechar cada minuto de los que el vehículo arrolla al enemigo.

    Al ser atacados con armas de infantería los servidores de los tubos lanzallamas se ven seriamente amenazados debido al rebote de los proyectiles contra el escudo de la ametralladora. El aumentar el ancho de este escudo en 20 cm reduciría las bajas entre los servidores de los tubos lanzallamas.

    Para asegurar la comunicación entre el jefe de pelotón y carros de combate ó cañones de asalto es necesario el incorporar en el vehículo jefe un segundo equipo de radiotelegrafía (equipo de onda ultracorta).

    Para reforzar el efecto moral de las llamas se propone el incorporar una sirena impulsada por el compresor del motor.

    Debería reforzarse el grosor de la chapa de las pestañas de soporte con las que durante las pausas ó marchas se fijan los tubos lanzallamas. Las pestañas se rompen.

    El motor del vehículo se sobrecalienta durante largas marchas en verano debido a la falta de aire de refrigeración. El abrir la tapa superior del blindaje delantero no soluciona el problema de sobrecalientamiento. Se propone el introducir de nuevo una tapa en la parte delantera del vehículo que pueda cerrarse durante las operaciones.




En nombre del Mando de la División
El primer Oficial del Estado Mayor

Firmado: v. Natzmer