Documento redactado en Julio de 1940 por un jefe de pelotón del Panzer-Regiment 25 (7. Panzer-Division) del que unicamente conocemos su rango y apellido, Leutnant Braun, donde recoge las experiencias vividas con su Panzer IV entre el 12.05.40 y el 21.05.40 durante el avance de su regimiento desde Dinant (Bélgica) hasta Arras (Francia).

Notas:

  • Las memórias del Leutnant, probablemente redactadas desde el hospital durante su convalecencia, están escritas en forma de diário con una estructura bastante caótica: en la traducción no he modificado la estructura original, lo que hace algo difícil su lectura, pero sí he corregido las fechas que en el documento original habían sido modificadas posteriormente a mano.

  • Como complemento a este documento pueden leerse aquí las memórias del Oberstleutnant Sieckenius (Pz.Abt. 66) sobre sus vivencias en las mismas fechas y mismo escenário.

Braun, Leutnant
Panzer-Regiment 25









Mis experiencias en combate



Debido a que durante el avance y en los combates, que son generalmente conocidos, he combatido con mi Panzerkampwagen IV en primera línea, quiero aquí informar sobre los hechos más interesantes en relación a mi carro de combate pues con frecuencia he asumido misiones individuales.

El 13.05.40 el regimiento avanza hasta el este del Mosa y toma posiciones en la zona Sovet-Fe Salazine. Por la noche mi compañía, bajo el mando del Oberleutnant Richter, recibe ordenes de durante el amanecer y en colaboración con los motociclistas (Kradschützen) forzar el cruce del Mosa. La compañía intenta durante la noche alcanzar el Mosa, operación que debido a la inclinada y rocosa orilla no se lograría hasta el amanecer. En el Mosa los motociclistas ya habían intentado cruzar el río con botes de goma, sin éxito, pues el enemigo les permitió alcanzar la otra orilla para entonces acribillarles con fuego de ametralladora. Nosotros iniciamos inmediatamente el sistemático bombardeo de la orilla opuesta con granadas de alto explosivo y de niebla. A continuación los motociclistas logran alcanzar la otra orilla con sus botes sin sufrir casi pérdidas. Mientras tanto nuestra orilla, aproximadamente 75 - 100 metros detrás de nosotros, es bombardeada por potente fuego de artillería enemigo. Debido a la fuerte inclinación de la orilla confiamos en que el enemigo no logre acercar su fuego más a la orilla. Debido a que ya no tenemos más munición incendiamos las casas para así nebulizar mejor el valle fluvial. En esos instantes el enemigo logra acercar su fuego artillero más a la orilla. Saltamos rapidamente al carro de combate para abandonar la amenazada zona. Durante la marcha reconozco a la izquierda al General Rommel y a su ayudante Major Schräpler. Ordeno inmediatamente la detención del carro de combate, el General toma lugar en la cúpula de mando, yo me aferro a la parte delantera izquierda de la torreta, el Major Schräpler se encuentra directamente detrás de mí. Continuamos la marcha en medio del fuego de artillería y de ametralladora en dirección Dinant. Tras unos 500 metros de marcha descubro a tres franceses en la cuneta derecha de la carretera. Mi carro de combate se detiene y los franceses, tumbados sobre su espalda, levantan sus brazos. Debido a que los franceses habían dudado mucho antes de rendirse desenfundo mi pistola para dispararles pues situados en el exterior del carro de combate somos un excelente objetivo. Aún y así decidimos no matar a los prisioneros enemigos. Mi carro de combate continúa la marcha y tras unos 100 metros escucho unos ligeros impactos en la parte trasera de la torreta por lo que ordeno acelerar la velocidad de marcha. Como no sabemos si Dinant está todavía ocupada por el enemigo decido detener el carro de combate a unos 800 metros del volado puente. Con los prismáticos descubro en el puente un carro de combate alemán con la bandera amarilla, avanzamos entonces a toda velocidad hacia Dinant mientras delante y detrás de nosotros silban los proyectiles de ametralladora y cañones anticarro. Al alcanzar el puente nos detenemos y constato que el Major Schräpler ha sido herido por un proyectíl en la parte superior del brazo. Rapidamente es vendado. Entretanto mi segundo carro de combate nos ha alcanzado e informa que han matado a los tres franceses en la cuneta pues habían visto como uno de ellos disparaba contra nuestro carro de combate. En Dinant disponemos de la primera oportunidad de superar con los carros de combate la inclinada orilla. A pesar de que la parte oeste de Dinant está todavía en poder del enemigo el General y el Major abandonan en el puesto de mando de la división mi carro de combate.

El 15.05.40 el regimiento avanza a la derecha de Philipeville hacia Cerfontaine. El Hauptmann Schulz recibe la misión especial de, con una compañía reforzada por mi pelotón de Panzerkampfwagen IV, regresar con el General. En una hacienda nos encontramos con una gran cantidad de franceses que son desarmados. A la derecha, en la carretera, aparecen entonces motociclistas enemigos. Obedeciendo ordenes del General avanzamos a toda velocidad sobre la hierba. Poco antes de alcanzar la carretera tenemos que superar un dique ferroviário de aproximadamente 2 metros de altura, despues alcanzamos los restos de los motociclistas que todavía ofrecen resistencia: tras unas rafagas de ametralladora los franceses levantan los brazos y se rinden. Un motociclista alemán que los franceses habían hecho prisionero se acerca a mí sonriente y le entrego una pistola. Los franceses son desarmados. Mi carro de combate avanza a toda velocidad bordeando un pueblo, creo que se llamaba Vodecée. En la carretera se encuentra un carro tirado por caballos, los caballos están muy inquietos y crean una gran polvareda. Adelantamos el carro y nos encontramos de repente con un grupo de carros de combate enemigos pero que como confirmamos rapidamente han sido abandonados. En las cunetas cubiertas por hierbas y en la canalización encontramos a algunas de sus tripulaciones y así podemos incorporar tres carros de combate enemigos a nuestro convoy. El General Rommel me ordena asumir la cabeza del grupo, avanzar por la carretera Anthèe - Philippeville y regresar con la compañía reforzada hasta el regimiento. Continuamos la marcha hasta alcanzar una gran plaza, tengo el presentimiento que aquí están los franceses. Disparo con mi pistola contra los edificios y grito: "Soldats francaise! venez!". Inmediatamente se abren las puertas de los edificios y una gran cantidad de soldados franceses, al parecer varias compañías, se dirigen con los brazos en alto al centro de la plaza. Abandono mi carro de combate y ordeno desarmar a los franceses. Entretanto el resto de los carros de combate de mi compañía nos ha alcanzado. Sobre cada carro de combate son transportados entre 10 - 15 franceses, los restantes son enviados a pie, y continuamos la marcha con nuestros trofeos. En la carretera principal que conduce a Philippeville nos cruzamos con la punta de nuestros motociclistas a quienes les entregamos los prisioneros. Continuamos la marcha hacia Cerfontaine y alcanzamos el regimiento aproximadamente a las 21 horas.

El 17.05.40 el regimiento ataca desde Froidchapelle, Sivry hasta la línea Maginot al oeste de Solre le Chateau, que es tomada por la noche. Mi carro de combate avanza siempre en primera línea. Adelantamos a todo tipo de sorprendidos convoyes motorizados, incluso a un batallón enemigo de carros de combate. En la carretera Avesnes - Landrecies el regimiento toma posiciones y se prepara para continuar el avance. Mi carro de combate asume la protección de la punta del regimiento durante la noche.

Al amanecer un Leutnant recibe ordenes de con su pelotón asumir la cabeza del regimiento e iniciar el avance. Como se retrasa asumo yo la punta de ataque e início la marcha. Tras un corto trayecto nos encontramos con tropas enemigas, cañones anticarro y artillería que son atacados por nosotros sin detener la marcha con ametralladora y cañón. Funciona a la perfección pues las carreteras son practicamente planas y ademas empleamos una vez más la probada táctica de disparar contra los arboles situados en la cercanía del enemigo, lo que refuerza notablemente el efecto de las granadas de alto explosivo. El totalmente conmocionado enemigo huye, con y sin sus vehículos. Los convoyes enemigos colapsan en su huida las carreteras. Avanzando a la izquierda de la carretera adelanto los convoyes y empuñando la pistola obligo a los conductores a detenerse. Si no se detienen disparo contra los pneumáticos. Los vehículos que obstaculizan el tráfico son empujados a las cunetas ó bien arrollados por nuestros carros de combate. Tras haber detenido y desarmado a los convoyes enemigos continuamos el avance al oeste de Landrecies a través de un largo bosque, en todos los sitios se pueden observar grandes apilamientos de munición y combustible, en algunos casos concentraciones de tropas. En el valle frente a Le Chateau el regimiento se detiene pues tras la larga marcha el combustible y la munición escasea. En los altos observo unos sospechosos movimientos y avanzo en esa dirección con mi carro de combate. Cañones antiaéreos ligeros se encuentran preparados para abrir el fuego, sobre una amplia superfície se encuentra una gran concentración de tropas enemigas y vehículos de todo tipo. Me acerco, desarmo al totalmente sorprendido enemigo que obedece mis ordenes de forma inmediata y solicito por radio apoyo al regimiento. Al no recibir respuesta envío a mi segundo carro de combate para contactar lo más rápido posible con el regimiento. Mi carro de combate se encuentra sobre terreno abierto y mantengo en jaque al enemigo apuntandole girando gracias al sistema eléctrico rapidamente la torreta entre la posición de las 10 y las 2 horas. Han transcurrido aproximadamente 10 minutos cuando por casualidad reconozco que a la izquierda, aproximadamente posición 8 horas y a una distancia de 200 metros, dos carros de combate enemigos han tomado posición de fuego contra nosotros. Inmediatamente ordeno a mi artillero: "8 horas, 200 metros, carros de combate enemigos! Fuego!" El cañón es posicionado rapidamente pero el enemigo es más rápido que nosotros y dispara casi a la vez dos granadas contra mi cúpula de mando. Una granada arranca un trozo de una esquina, la otra arranca la escotilla. Quizás medio segundo antes había movido mi cabeza hacia el interior de la torreta: la metralla y la presión provocada por las explosiones me tiran al suelo del compartimento del carro de combate, por un corto periódo de tiempo quedo aturdido y veo unicamente estrellas frente a mis ojos, entonces ordeno: "Retroceder, marcha atrás!". Gracias a la fuerte pendiente del terreno tras unos pocos metros nos encontramos fuera del campo de tiro de los carros de combate enemigos. Entretanto he vuelto a incorporarme y a través de la cúpula reconozco en la posición 10 horas que varios carros de combate enemigos se acercan a nosotros. Tratar de continuar la lucha es poco prometedor pues el enemigo es numericamente muy superior y ademas se encuentra en una muy ventajosa posición de tiro. Sangro abundantemente por la cabeza (más tarde se confirma una gran esquirla en la parte superior de mi cabeza y otra en la parte trasera de mi oreja izquierda; adicionalmente la zona izquierda del cráneo detrás de la oreja ha resultado dañada). Regreso e informo inmediatamente al regimiento, este inícia un ataque pero no logra alcanzar los carros de combate enemigos.

Se comunica la existencia de carros de combate enemigos a nuestras espaldas, el regimiento dá media vuelta mientras mis Panzerkampfwagen IV junto con los restantes disponibles del 3/66, ahora bajo el mando del Hauptmann Jähde, forman una compañía que asume la protección en dirección oeste. El Hauptmann Jähde regresa al regimiento y yo asumo el mando. Transcurrido un tiempo los dos Panzerkampfwagen IV posicionados en el medio me informan sobre la presencia de carros de combate enemigos, abren el fuego y solicitan apoyo pues ya no disponen de proyectiles perforadores. Me dirijo rapidamente hasta ellos y solicito información sobre la posición del objetivo: "75 metros, a la derecha de la carretera, detrás de los arbustos lento avance de carros de combate enemigos!". Un proyectíl perforador de 7,5 cm es rapidamente cargado, nos acercamos hasta la zona y reconozco la torreta del carro de combate enemigo, todavía 5 metros, ahora lo tiene el artillero, fuego! El proyectíl alcanza perfectamente la zona media de la torreta. Para asegurarnos disparamos un segundo proyectíl, el carro de combate enemigo ya no se mueve. Regreso a mi zona de protección. El regimiento regresa y toma posiciones con su frente hacia el oeste. De nuevo carros de combate enemigos tratan de romper nuestra posición. A unos 600 metros de distancia un carro de combate armado con cañón de 2 cm trata de combatir inutilmente a los franceses. Ordeno abrir el fuego. El carro de combate enemigo se mueve transversalmente a mi dirección de disparo. El primer proyectíl alcanza su torreta, el segundo su sistema de rodadura; el vehículo no se mueve y empieza a humear. De repente aparecen dos nuevos carros de combate enemigos! El primero es alcanzado por mi carro de combate y queda inmóvil; el segundo es alcanzado por dos proyectiles, se detiene humeante. Entretanto el primer carro de combate enemigo ha vuelto a emprender la marcha y logra desaparecer detrás del terreno. Tenemos que ser ahorrativos con nuestra munición pues pronto tampoco nosotros dispondremos de proyectiles perforadores.

El 18.05.40 a las 23:45 horas recibo ordenes de regresar con mi Panzerkampfwagen IV al regimiento. A las 24 horas lo he alcanzado y se me comunica que el ayudante del regimiento, el Oberleutnant Student, debe retroceder con un Panzer IV y dos Panzer III para establecer comunicación con el II. batallón. Debido a que los dos Panzer III todavía no están disponibles início la marcha solo junto con el ayudante del regimiento. Atravesamos a toda velocidad el bosque al este de Pommereuil pues esta zona todavía está repleta de enemigos. Una vez superado el bosque y frente a la entrada de un pueblo diviso en una curva vehículos estacionados a la izquierda de la carretera, al acercarme reconozco que son vehículos de transporte de tropas enemigos. De repente descubro a la derecha de la carretera un segundo convoy con aproximadamente 20 vehículos blindados de reconocimiento enemigos. A la izquierda solamente se encuentran tres vehículos de transporte de tropas. Si lograra arremeter y empujar los vehículos blindados a la altura de los tres vehículos estacionados a la izquierda podría continuar la marcha por la izquierda de la carretera. Mi carro de combate se lanza contra el primer vehículo blindado enemigo, choca contra él, este choca contra el segundo pero al parecer tiene los frenos activados y la operación fracasa. Tengo que evitar en cualquier caso un combate a corta distancia, excepto en caso de absoluta necesidad prohibo abrir el fuego, y con la cabeza asomada fuera de la cúpula, que ya no puede cerrarse, grito a los franceses con el objetivo de intimidarlos aunque sea para un corto periódo de tiempo. Los cascos de los franceses brillan a la luz de la luna, tras cada grito mío estos se mueven inquietamente. El enemigo al parecer está totalmente sorprendido y en un primer momento no reacciona. Sin lugar a dudas un puñado de valientes franceses hubieran podido rapidamente eliminarnos. Ordeno a mi conductor dirigir el vehículo a una zona de hierba a la derecha de la carretera, algo que no logra pues la cadena derecha resbala en un profundo y pantanoso foso. El quedar inmovilizados en este lugar sería lo peor que nos podría suceder. Como yo desde arriba tengo una mejor visibilidad del terreno que el conductor le ordeno: "Marcha atrás! Hacia la izquierda! Primera marcha! Hacia la derecha!". Tras cinco intentos el carro de combate logra alcanzar la hierba. Ahora doy permiso para disparar! Tras 50 metros volvemos a encontrarnos en la carretera sin haber sufrido ningún daño por el fuego enemigo que ahora sí se dirige contra nosotros. A toda velocidad nos acercamos a Landrecies, donde se supone se encuentra nuestra própia primera línea. Para no ser atacado por nuestros própios cañones anticarro disparo una bengala blanca y posteriormente alcanzamos nuestra línea. En el puente frente Landrecies mi carro de combate se suma a la defensa contra los carros de combate enemigos, medida que es aplaudida por las dotaciones de los cañones anticarro. El Oberleutnant Student solicita un automóvil al Major von Paris y los dos nos dirigimos al II. batallón que alcanzamos al amanecer. En la marcha de regreso me encuentro con nuestro médico que me extrae la esquirla detrás de la oreja y me comunica que hasta que no haya sanado no puedo regresar al frente. No estoy de acuerdo con él y le indico que la proxima vez. Tengo que regresar a mi carro de combate en Landrecies que defiende el puente y me espera. Alrededor de las 10 horas vuelvo a estar con mi carro de combate que entretanto ya ha sido repostado y amunicionado. Estoy contentísimo de haber logrado escapar de las garras de los médicos. Regresamos de nuevo al regimiento. En el lugar donde durante la noche se encontraban los vehículos blindados enemigos ahora se encuentra en el lateral derecho de la carretera un convoy de artillería alemán, motivo por el que tenemos que avanzar por el extremo izquierdo y en el foso pantanoso esta vez la cadena vuelve a resbalar y un remolcador pesado tiene que ayudarnos a salir de él. En la hierba todavía pueden reconocerse las huellas de nuestras cadenas de la noche anterior así como que en la zona donde regresamos a la carretera se encuentra un puente. En otra zona probablemente no hubieramos podido regresar a la carretera pues detrás del foso se encuentra una zona de arbustos de aproximadamente 1,5 metros de altura. Viendo todo esto nos asombramos del milagro de la noche pasada. De regreso cruzamos tambien el bosque al este de Pommereuil y que ya se encuentra en nuestras manos. Una vez nos encontramos frente Pommereuil el Major von Paris nos informa que en esta localidad se encuentran carros de combate, cañones anticarro y nidos de resistencia enemigos que le impiden avanzar, a pesar de que el General espera frente a Le Chateau a la infantería para poder continuar con el avance. Seis carros de combate del regimiento que se encuentran con la infantería habían intentado sin éxito atravesar las defensas anticarro estacionadas alrededor de Pommereuil. Como la infantería debe avanzar y el único camino es a través de Pommereuil decido atacar el pueblo y ordeno a los seis comandantes de los carros de combate: "Todos los carros de combate ajustan mi frecuencia de radio. Con tres carros de combate tomo detrás de la iglésia la zona derecha de Pommereuil, Leutnant Müller con los restantes tres carros de combate la zona izquierda. El resto de las ordenes por radio". Início la marcha y mi carro de combate asume la punta de ataque. Detrás de la iglesia barricada con cañón anticarro! El cañón es destruido con una granada de alto explosivo. Superada la iglésia giro a la derecha, en un jardín debe encontrarse un carro de combate enemigo, tras aproximadamente 75 metros veo como delante de mí los arbustos son aplastados. Este tío quiere escapar! Disparamos dos proyectiles perforadores, escucho las detonaciones, no se mueve nada. Avanzamos. Desde los edificios los franceses disparan contra nosotros. Ordeno por radio "Potente fuego de ametralladora contra los edificios!". En esos momentos dos proyectiles de ametralladora rozan mi frente y parte trasera de la cabeza. El fuego procede al parecer de un pequeño bosque en las afueras del pueblo. Debido a la existencia de cañones anticarro solamente podemos avanzar a muy lenta velocidad. Somos atacados desde la calle, reconozco el cañón anticarro y un certero proyectíl de alto explosivo lo destruye! Ahora avanzamos a mayor velocidad disparando contra los edificios en dirección a las afueras del pueblo. Una vez ahí destruimos el malévolo nido de ametralladoras que estaba formado por tres ametralladoras perfectamente camufladas de forma que no eran indentificables para la infantería. Los franceses abandonan el pueblo y tratan de huir a Le Chateau. Espero un momento hasta que se alejan del pueblo y se encuentran en terreno abierto y ordeno por radio: "Abandonar el pueblo, capturar al enemigo, regresar con la infantería". Los franceses son rapidamente desarmados y montados sobre los carros de combate, el resto son enviados a pié. Atravesamos rapidamente el pueblo y entregamos los prisioneros. Nueva orden del General: "Major von Paris inmediatamente hacia adelante". El Major sube a mi carro de combate y rapidamente nos encontramos con el General. Le sigue la infantería.

Este día, el 19.05.40, el regimiento ataca Cambrai. Yo me encuentro con mi carro de combate a la cabeza del regimiento. Combatimos y destruimos varias baterías e intentamos avanzar sobre Cambrai. La defensa es muy potente. Mi carro de combate avanza a la izquierda a través de las anchas calles de Cambrai y dispara una granada de alto explosivo detrás de otra. Observo, como siempre desde fuera de mi cúpula, cuando de repente desde todos los lados de mi carro de combate aparecen destellos. Es como si el carro de combate hubiera chocado contra un cable de alta tensión. En medio del ensordecedor ruido de los cañones no puede diferenciarse entre impactos y rebotes. Noto un fuerte dolor en la mano derecha, sangra, más tarde puedo extraerme varias esquirlas de la mano. El cargador me informa que el carro de combate ha sido alcanzado por varios proyectiles y que el cañón pierde aceite. Abandono el carro de combate y constato que un proyectíl de cañón anticarro ha perforado el blindaje del cañón. El Oberstleutnant Sieckenius se acerca a mí y me pregunta por qué no disparamos pues el enemigo vuelve a atacar con fuerte fuego defensivo. Orden: "Disparar mientras sea posible disparar". Vuelvo al carro de combate, controlo el nivél de aceite, podría ser todavía suficiente, doy orden de abrir el fuego. El cañón retrocede, se queda parado frente a mi pecho y no retorna. El aceite ha servido justo para evitar que por el retroceso el tubo no sea arrancado hacia la parte posterior. De esta forma unicamente podemos continuar disparando con las ametralladoras. Vuelvo a abandonar el carro de combate e inspecciono los daños sufridos. Cuatro eslabones de la cadena han sido destrozados, el blindaje en diferentes zonas ha sido dañado por impactos y rebotes. El carro de combate ha sido alcanzado por aproximadamente 15 proyectiles de cañón anticarro. La tripulación entera abandona el vehículo y logra sumando fuerzas cambiar rapidamente los eslabones de la cadena dañados. Debido a los fuertes nidos de resistencia el regimiento no logra esta noche ocupar Cambrai y toma posiciones al este de la localidad. Los primeros mensajeros que llegan los envío para atrás con la orden de informar al maestre armero (Waffenmeister) que desmonte un cañón de un carro no operativo y lo monte en mi carro de combate. Todo funciona a la perfección y al día siguiente me encuentro con un nuevo cañón en el regimiento.

El 21.05.40 el regimiento asume misiones de protección al suroeste de Beaurains en dirección noroeste y a las 15 horas, partiendo desde el suroeste de la carretera Arras - Beaumetz, inicia un ataque contra el norte de Warlus, Agnez hasta el alto al norte de Haute Avesnes, alcanza esta posición y defiende el alto hasta las 20 horas. Mi carro de combate asume labores de protección en cabeza a la derecha; desde esta posición a aproximadamente las 19:30 horas puedo ver con los prismáticos en los altos más allá de Agnez carros de combate y cañones enemigos, al parecer cañones anticarro. Comparto esta información. Alrededor de las 20 horas el regimiento a través de Agnez ataca en dirección sur. Como sé perfectamente donde se encuentra la posición enemiga una vez superado Agnez giro directamente a la izquierda y ataco los carros de combate enemigos en posición 11 horas. El fuego de los carros de combate enemigos se queda demasiado corto y logro destruir dos de ellos. Posteriormente somos atacados por cañones anticarro desde la posición 9 horas: los proyectiles silban a nuestro alrededor, mi artillero dá todo de sí, mi carro de combate no ha disparado nunca tan rápido. De repente noto que no me puedo mantener en pié, un proyectíl ha perforado el blindaje lateral izquierdo y me ha arrancado el pié izquierdo. Mi artillero gime y se derrumba, ha muerto al momento: una granada le ha destrozado la zona de la cadera. Ordeno abandonar inmediatamente el carro de combate, trato con todas mis fuerzas salir de mi cúpula de mando, salto y me dejo caer sobre la hierba. Ya tampoco puedo mantenerme sobre el pié derecho, una esquirla ha herido mi tobillo. Debido a que las granadas siguen cayendo cerca del carro de combate mi conductor, cargador y radiotelegrafista me transportan hasta un campo de patatas. Envío a mi cargador a un carro de combate que se encuentra cerca de nosotros y que se detiene inmediatamente: mi tripulación me coloca en la parte posterior del carro de combate, acompañado por mi conductor y cargador el carro de combate inícia la marcha. Dependiendo de dónde viene el fuego enemigo tenemos que escondernos a izquierda ó derecha detrás de la torreta, razón por la que no tengo tiempo de vendar mi pierna, he perdido muchísima sangre; como más tarde me confirman gracias a la enorme pérdida de sangre la herida no se ha gangrenado por lo que el muslo no tiene que ser amputado. Aproximadamente a media noche alcanzamos nuestras líneas y soy transportado a un hospital de campaña con un vehículo de transporte de tropas. A la mañana siguiente en el hospital principal entre Arras y Cambrai se realiza la amputación.