Documento redactado el 18.09.1944 por el Wachtmeister Müller, conductor del Panther del jefe del 2. escuadrón del Pz.Rgt.24, Leutnant d.R. Karl-Heinz Stetzka, donde
describe sus vivencias la mañana de un día (no especifica la fecha exacta) en el Frente de Invasión.
Notas:
El combate relatado por el Wachtmeister Müller tendría lugar muy probablemente en la primera quincena de Agosto en el transcurso de la denominada como bolsa de Falaise. Como
recordatório: Tras su reconversión de regimiento de caballería a regimiento acorazado a finales de 1941, el Panzer-Regiment 24 disfrutaría del privilegio de mantener tanto el color de
armas de la caballería (el amarillo en lugar del rosa), los rangos de la caballería (Wachtmeister en lugar de Feldwebel ó Rittmeister en lugar de Hauptmann) así
como la denominación de las unidades orgánicas de la caballería (escuadrón en lugar de compañía).
18.09.1944
Wachtmeister Müller
2./Panzer-Regiment 24
El Batallón se encuentra en marcha hacia el sur con el objetivo de asegurar la carretera hacia A. En el transcurso de la mañana de un día de verano nos topamos con el enemigo. Somos unicamente 4 carros de combate, que a medida que llegan son empleados bajo el mando del Leutnant Stetzka. Yo soy el conductor de su vehículo. Con su por nada inquebrantable calma nos describe la situación y posteriormente dá la orden de reagrupación. Siguiendo ordenes de mi comandante posiciono nuestro vehículo a la izquierda de la carretera principal. El terreno es completamente llano y no ofrece cobertura alguna. Unos pocos granaderos son desplegados alrededor de los carros de combate para ofrecerles protección de proximidad. A nuestra izquierda no se encuentra ninguna unidad própia y el terreno es muy confuso. Apenas hemos alcanzado nuestra posición un avión de observación artillera nos descubre y en cuestión de minutos explotan los primeros proyectiles alrededor de nosotros y de los restantes carros de combate. A la izquierda, donde el terreno se vuelve confuso, una cañada corre de forma paralela a la carretera. De repente, a 800 - 1.000 m de distancia identifico a mi izquierda americanos que se aproximan desde la cañada. No me dá tiempo a advertir a mi comandante pues en cuanto reconocen nuestro carro de combate dán media vuelta alarmados y desaparecen. Veinte minutos más tarde el fuego de artillería cesa de repente y, procedentes de la misma cañada, aparecen 12 - 15 jovenes vestidos de civíl. Al ver el carro de combate entran en pánico y durante casi media hora se mueven a una distancia de aproximadamente 800 m frente a nuestro cañón. Posteriormente desaparecen del mismo modo que llegaron. Poco después se reanuda el fuego de artillería. Las explosiones se aproximan alarmantemente al vehículo, unicamente cambiando nuestra posición constantemente logramos evitar los efectos del fuego enemigo. Entonces escucho al Leutnant advertir al artillero de la presencia de carros de combate enemigos e inmediatamente después reconozco 2 Sherman frente a nosotros sobre una colina a una distancia de 1.200 m. Apenas ha dado la orden de disparo, el comandante vé más carros de combate aproximarse desde la cañada a nuestra izquierda. El primer disparo impacta muy cerca del primer carro de combate enemigo; tras el segundo 'impacto' su tripulación abandona el vehículo. Entonces escucho por el auricular: "Müller, dé marcha atrás". Con esta medida el Leutnant pretende evitar la amenaza de nuestro flanco. Gracias a la posterior asignación de objetivos al artillero me doy cuenta que estamos rodeados por al menos 8 Sherman. Con total tranquilidad el comandante ordena dar media vuelta y disparar contra los carros de combate que nos bloquean el paso. Abrimos el fuego contra 3 carros de combate pero sin poder observar los objetivos. Entonces la orden: "¡Repliegue a la carretera!". En esos instantes un ensordecedor estruendo en el vehículo: impacto, esta vez nos ha tocado a nosotros. El motor todavía funciona, trato de alejar el vehículo del fuego enemigo. Logro avanzar 300 m, entonces el calor del vehículo ya en llamas me obliga a abandonarlo. Busco protección bajo el carro de combate y puedo ver que el operador de radio salta del vehículo y huye. Escucho entonces la voz de mi jefe de pelotón al lado del carro de combate. Me arrastro hacia él y veo que le faltan las dos piernas hasta las rodillas. Ni un gemido de dolor se escapa de sus labios. Pregunta inmediatamente por el paradero de la tripulación. Intento vendarlo pero él lo rechaza con las siguientes palabras: "Déjelo Müller, es inútil". No puedo alejarle del vehículo en llamas pues estamos rodeados de intenso fuego de ametralladora. Le hago entonces la siguiente propuesta: "Señor Leutnant, nos rendimos y le consigo inmediatamente asistencia médica". Se niega bruscamente: "Müller, tome mi placa de identificación y mi cartilla militar. Le ordeno que se las entregue al escuadrón". Posteriormente me pide que salude a sus padres, se despide de mí y me ordena una vez más que intente regresar al escuadrón.