Carta del Oberst Karl Decker (comandante de la Panzer-Brigade 10) dirigida al General de las Tropas Acorazadas Heinrich Eberbach con el fín de eludir responsabilidades de los decepcionantes resultados así como de las elevadísimas pérdidas sufridas por la Panzer-Brigade durante la operación 'Zitadelle' y donde Decker acusa abiertamente al Oberst Hyazinth Graf Strachwitz, comandante del Panzerregiment 'Großdeutschland' y comandante temporal de la Panzer-Brigade 10 durante la fase más caliente de las operaciones. Interesante, por no decir sorprendente, es la última frase del Oberst Decker en este escrito, que delata un desconocimiento total de la situación militar por la que atravesaba el Eje ó bien simboliza una indiferencia fatal frente a la tragedia que se avecinaba.

Puesto de Mando de la Brigada
17 de Julio de 1943

Panzer-Brigade 10
Comandante



Muy estimado señor General !

como había sido acordado y una vez que para nosotros ha finalizado la primera fase de combate le informo sobre mis actividades aquí. Mi ayudante y yo logramos incorporarnos en el ultimo momento, mi Estado Mayor ha viajado hasta el 11.7., me alegré cuando pude contar con él, pues el recurso con personal comandado provisionalmente ha tenido consecuencias bastante lamentables.

La Panzer-Brigade ha operado dentro de la 'G.D.', como segundo regimiento se unió el Panzer-Rgt. 'G.D.' con 8 compañías de Panzer IV y Panzer III largos así como una compañía Tiger. Comandante del Regimiento Graf Strachwitz, el "león acorazado" ("Panzer-Löwe"). La colaboración con él ha sido bastante desagradable: ha sido imposible comunicarse con él por radio durante los ataques y ha operado de forma independiente. Se ha llegado al punto de que se ordenó mi presencia ante el General von Knobelsdorff (Comandante General del XXXXVIII.Pz.Korps) para responsabilizarme por el no funcionamiento del Estado Mayor. Durante este tiempo Strachwitz asumió la dirección de la Brigada y utilizó los Panther de una forma descabellada: continuas bajas por minas y la total ausencia de protección de los flancos, donde el Panther es más débil, han conducido a la pérdida de los Panther.

El 5.7. inicié con la Brigada un gran ataque, no pude avanzar más que hasta una colina, cuando detrás de la misma aparecieron a una distancia de 2.200 metros y sin tener constancia de la existencia de nuestros maravillosos cañones, 8 carros de combate 'General Lee'. Fueron destruidos tras unos pocos disparos quedando sobre el terreno estos ardiendo como velas de un árbol de Navidad. Mi artillero era mi ayudante y él fué el responsable de la destrucción de uno de los 8 carros de combate. Al día siguiente tuvo lugar un ataque donde logré alcanzar con 300 carros de combate la segunda posición del enemigo. Tras este ataque, que fué llevado a cabo de una forma muy satisfactória y donde se sufrieron muy pocas bajas, como ya he comentado más arriba, se ordenó mi presencia ante el General Knobelsdorff.

Al regresar, cuatro días más tarde y como consecuencia de acciones totalmente absurdas, el número de Panther operativos se había reducido de los 206 con los que habíamos iniciado las operaciones a solamente 12. El Major Lauchert estaba desesperado y aplaudió mi regreso. Las bajas personales habían sido tambien muy elevadas: solamente las bajas entre oficiales del regimiento Panther hasta ese momento era de 9 muertos y 19 heridos.

A partir de los dos regimientos creé dos batallones que representaban la masa de los carros de combate. El mismo día de mi regreso, sufriendo solamente dos pérdidas, 23 de nuestros carros de combate destruyeron 58 carros de combate enemigos, la mayoría T-34, así como 30 cañones anticarro. Los objetivos que hemos asumido los hemos cumplido. Esta es la opinión de la 'G.D.', pero al parecer no la del Comandante General. El Oberstleutnant Köhn, que ha dirigido aquí uno de los batallones, ya le habrá informado.

Lentamente voy incorporándome dentro de mi Estado Mayor; al no disponer de tiendas de campaña ó caravanas tenemos que vivir en los carros de combate, al aire libre ó en chozas ruinosas.

Generalmente puede decirse que, a pesar de que posee todavía problemas iniciales y de que su motor es todavía demasiado delicado, el Panther es un muy buen vehículo. A diferencia del Tiger no es en todas sus zonas inmune a los cañones anticarro de 7,5 cm. Su cañón es formidable. El regimiento ha destruido hasta el momento 263 carros de combate, KW-I hasta los 3.000 metros y casi todos los T-34 a distancias de entre 1.500 - 2.000 metros. Le pido al General Eberbach que que me informe cuando haya recibido el informe. Por lo demás por aquí todo bien, la vida aquí es muy agradable. Si aquí todo está en orden a uno le puede dar igual lo que suceda en Sicilia.


Frimado: Decker