Carta redactada en Enero de 1946 por Erwin Völker, antiguo jefe de la Compañía del Estado Mayor del s.Pz.Abt.505, dirigida a Horst Krönke, antiguo y exitoso comandante de Tiger en el
s.Pz.Abt.503 y .505, donde relata sus vivencias durante los ultimos días del s.Pz.Abt.505 en Prusia del Este, su camino al cautiverio, el paradero de algunos miembros del Batallón
así como su situación personal tras haber sido puesto en libertad por los aliados.
Notas:
Debido a que la documentación oficial del s.Pz.Abt.505 para la fase final de la contienda es practicamente inexistente, la reconstrucción de las últimas semanas del s.Pz.Abt.505 unicamente ha
sido posible a través de las memórias de veteranos, siendo p.e. extractos de esta carta empleados como fuente por diferentes autores (entre otros el própio Horst Krönke en su crónica del
s.Pz.Abt.505 ó bien por Egon Kleine y Volkmar Kühn en 'Tiger, the history of a legendary weapon').
En relación a los personajes mencionados en este documento me gustaría destacar en primer lugar el en varias ocasiones citado hermano de Horst Krönke: este era el Oberleutnant
Wolfgang Krönke, del que desgraciadamente no he logrado averiguar nada sobre su paradero; en segundo lugar complementar lo relatado por E. Völker sobre el sorprendente caso del Feldwebel
Heinrich Mausberg, jefe de la 3./Pz.Abt.505, condenado a muerte por un consejo de guerra de la Großdeutschland por ordenar la voladura del último Tiger II del s.Pz.Abt.505. Mausberg, condecorado con
la Cruz Alemana en Oro y al que se le atribuye la destrucción de más de 50 carros de combate enemigos, daría realmente la orden de volar su carro de combate tras haber sufrido
este una avería en la caja de cambios y disponer unicamente de siete granadas para su arma principal. Mausberg lograría huir antes de ser ejecutado, siendo posteriormente echo prisionero por los
rusos y enviado a un campo de trabajo en Moscú. Mausberg sobreviviría el cautiverio y moriría en Alemania en 2015.
El mayor valor histórico de este documento, en mi opinión, es sin lugar a dudas la parte final, donde a través de E. Völker podemos hacernos una idea sobre cuál era la situación de los veteranos
de guerra en 'la hora cero' y cuál era su visión sobre el futuro de la Alemania de posguerra.
Schiffdorf, 25.01.1946
Erwin Völker
(ex- Lt. y jefe de la Stabskp./s.Pz.Abt.505)
Estimado Sr. Krönke,
Sí, esta es la dirección correcta, finalmente el esfuerzo ha dado sus frutos. Yo me he alegrado tanto, tanto de finalmente recibir una carta de un camarada del Batallón. Le estoy muy agradecido. De buen agrado y con todo aquello que todavía guardo en la memória sobre lo sucedido esos últimos días, quiero atender su solicitud e informarle sobre la vida y muerte del s.Pz.Abt. 505. Desconozco por qué el destino quiso que yo sobreviviese a todo esto, si por ello he de estar agradecido tampoco lo sé. Los únicos que pueden estar felices son todos los camaradas que dieron su vida creyendo en Alemania ¡Gloria a su memória! Nosotros, aquellos que temenos que soportar la miseria, la penúria, la humillación y la deshonra, no podemos hacer otra cosa que estar orgullosos de nuestros actos y ser fuertes ante el hundimiento del Reich para así continuar siendo fieles con nosotros mismos.
Discúlpeme si en el transcurso del informe no menciono especialmente a su hermano.
Antes de ser desplegados a Königsberg nuestros combates eran ya dramáticos, como en todos los lugares. En nuestro caso esto tenía un efecto especial, pues nosotros ya no eramos 'nosotros' sinó parte de la 5. Panzer-Division. Siempre los ultimos frente al enemigo, apenas podíamos ya recuperar los carros de combate y alcanzamos Königsberg con 12 vehículos. Allí, al sur de Königsberg, durante una pausa de combate cayó nuestro querido Hauptmann Kruse, mi amigo. Horas antes había hablado con él, había recibido la Cruz de Hierro de I. Clase, estaba feliz y alegre como siempre. Cuando más tarde acaricié sus frias manos cruzadas sobre el pecho lloré, lloré como no lo había hecho desde hace mucho tiempo. Tenía una herida en la cabeza y había muerto al instante. Desconozco si sus padres recibieron todavía la noticia del comandante ¿Conoce usted su direccción? Me gustaría escribirles. Durante los combates al oeste de Königsberg el vehículo de von Reibnitz fué alcanzado de lleno y se incendió: él y su tripulación se quemaron dentro del vehículo, no sé encontró rastro de ellos. Más tarde nuestro bloque de edificios fué alcanzado por una 'máquina de coser' (Nota del traductor: así denomina E. Völker a los caza-bombarderos soviéticos). Entre otros cayeron el Hauptfeldwebel Benz y su primer secretário. Para el bueno de Seidler esto supuso un duro golpe. Cuando trasladamos a Benz a la enfermería estaba totalmente consciente y de buen humor; ahí le amputaron un brazo y una pierna, la misma noche murió, seguramente debido a la gran pérdida de sangre. Wolf, anteriormente en la 2. Compañía, se convirtió en su sucesor. Tras estos hechos nos trasladamos a la península de Peyse. Aquí, en este lugar, se consumó el último acto de un drama que ninguno de los que lo vivieron jamás olvidará. Su hermano era la mano derecha de Seidler, se encontraba siempre junto a él ó bien en camino en su nombre. Yo asumí el vehículo '321' y fuí su comandante hasta que este se incendió. Ockert, Zahl, Kohlei resultaron ligeramente heridos. Según me comunicó el Oberleutnant Gerlach del '510' Ockert y Kohlei acabaron en una enfermería en Rostock. Los combates continuaron. Durante las operaciones los aviones nos acechaban día y noche, durante el día tan masivamente que era imposible abrir las escotillas. En el transcurso de las operaciones nuestro carro de combate se balanceaba sobre el terreno como si flotara sobre agua. Cada vez eramos menos. A pesar de sufrir pequeñas averías los vehículos combatían hasta que eran perdidos. En esos momentos Hoppe del '35' (Nota del traductor: E. Völker comete aquí un error, no se trataba del Pz.Rgt.35 sinó del Pz.Rgt.31) y sus señores, inclinados sobre mapas a gran escala, discutían sobre una retirada de la 5. Panzer-Division hacia el Este con el objetivo de, a través de Varsovía, ¡alcanzar de alguna manera Berlín! Durante la retirada (nosotros con nuestros 6 vehículos siempre los ultimos frente al enemigo) se rectificó, pensando que el trayecto a través del agua sería más seguro. Una noche muy oscura Behnke y yo nos pusimos en camino para buscar el puesto de mando del regimiento y a su comandante. Bosque, bosque y más bosque. Alrededor de las 3 horas de la mañana y sin haber logrado nada, regresamos a nuestro puesto de mando ¡Rotos, doblados! Hoppe y sus señores con las Cruces de Caballero se habían hecho con un barco de salvamento y habían desaparecido. Su última comunicación telefónica con el ayudante del '35' decía aproximamadamente lo siguiente: ¡Nosotros nos largamos! ¡Abrase camino! Qué sabios. Pues ahí nos encontrabamos. Los acontecimientos se sucedieron con rapidez: ¡Orden de retirada con los vehículos a Pillau! ¡Imposible continuar, volar todo por los aires! Todo fué demolido, destruido, incendiado, fué algo excepcional. Al amanecer el Batallón inició la marcha a pié en dirección Pillau. La mayoría lo lograron. Muchos soldados del regimiento y la division se quedaron en Peyse pues ya no les alcanzó ninguna orden y no existía ninguna jerarquía. Schlange y yo fuimos de los ultimos. Habíamos cargado 10.000 cigarrillos en nuestro flotador (Nota del traductor: a juzgar por el contexto se trataría de un VW Typ 166 Schwimmwagen). Pudimos avanzar hasta Fischhausen, entonces simplemente nos dirigimos al agua. Tras aproximadamente un trayecto acuático de 8 - 10 Km y con 15 cm de agua en el vehículo alcanzamos Kamstigall. Cizewski era nuestro conductor ¿Cuántos trataron de llegar a través del agua y cuántos se ahogaron? Quien sabe. En cualquier caso toda la playa desde Peyse hasta Fischhausen era un hormigueo de personas y vehículos. Este fué el final del Batallón. Nosotros hubieramos tenido que ser embarcados, como p.e. el batallón pesado de la 'GD'. Donde todavía existían estados mayores iban y venían ordenes, ¡ordenes! ¡ordenes! La 5. Panzer-Division comunica: 3.124 oficiales, suboficiales y tropa. Es posible que la cifra no sea exacta, la he olvidado, pero en cualquier caso todavía eran muchos. Seidler por una gripe, Schlange por sus heridas en los ojos y Gladitsch por su brazo fueron trasladados desde la enfermería a un barco y evacuados. Desgraciadamente navegaron a través de Hela a Bornholm y allí con toda seguridad fueron echos prisioneros por los rusos. Desde entonces no he vuelto a saber nada más de ellos. El bueno de Behnke resultó herido junto al Major Nöckel en su vehículo de reconocimiento por una mina. Como me enteré más tarde Behnke habría muerto en un hospital en Hamburgo. En mi función de Ayudante todavía ayudé a algunos muchachos a alcanzar el barco. Yo, como el resto, pasamos a la 'GD', donde las masas humanas eran recicladas. No solamente nosotros, tambien divisiones y batallones acabaron en esta unidad. Hilbig, Bösenberg, Kulmey, Spiesse, Funkmeister y otros fueron asignados a compañías de granaderos. Armados con algunas carabinas, la mayoría con pistolas, fueron lanzados contra el malvado enemigo, y este bombardeaba y arrollaba nuestras posiciones. Hoy se lanzaba una compañía al combate y al día siguiente esta ya no existía: 1/5 parte muertos, 2/5 partes se habían pasado al enemigo y 2/5 partes habían desertado. El 20.04. fuí empleado junto otros miembros del estado mayor para captar soldados. Del batallón que había entrado en combate unicamente regresó su comandante, el resto se había largado. Pillau fué dada por perdida. En Pillau, frente al transbordador, se acumulaban masas de atemorizados soldados de todas las graduaciones. Las calles que conducían al puerto estaban totalmente congestionadas por vehículos de todo tipo. Un gran número de vehículos ambuláncia con heridos gritando y sollozando en sus interiores había sido abandonado por sus conductores. Todo esto acompañado de fuego de artillería y lanzamiento de bombas, por la noche tambien de fósforo. No olvidaré jamás esas imágenes, ha sido lo peor que he visto nunca, y he visto mucho. Si bien no alcanzaba estas dimensiones, en el cordón litoral (Nehrung) la situación era similar. En el cordón litoral volví a establecer contacto con el Batallón. Eran todavía aproximadamente 200 muchachos con Bösenberg y el comandante. Logramos replegarnos 80 Km bajo la lluvia y la suciedad. Los aviones volando sobre nuestras cabezas, el enemigo detrás, en ocasiones delante de nosotros. Era maravilloso. El comandante fué requerido por la Armada y en Hela todavía logró que fueramos finalmente evacuados. De este modo alcanzamos Nickelswalde donde fuimos embarcados. En el camino hacia allí volví a encontrar a su hermano, que había asumido el mando de una compañía y todavía mantenía una parte de sus hombres. Y así 170 hombres del Batallón volvían a estar unidos. En Nickelswalde recibimos todavía una orden de operaciones. En el marco del Batallón Kraus su hermano, con aproximadamente 60 hombres, asumió labores defensivas 8 km al sur de Nickelswalde; una parte de sus hombres desertó y fué incluso embarcada, el resto cayó con toda seguridad en manos de los rusos. En esos momentos ya no puede en ningún caso hablarse de combates. Poco después tambien perdí de vista a Bösenberg. En Nickelswalde encontré al O.Z. y a von Schell, los dos se encontraban en la comandancia del '502', ambos eran los únicos jefes de esta banda, pues entretanto Foerster y sus señores habían preferido largarse con la 'GD'. Von Schell pretendía todavía embarcar a su grupo, desde entonces no he sabido nada más de él. Una gran masa de miles y miles de soldados se dirigía a los puestos de embarque. Los ultimos días ya no pudieron ser embarcados. En Hela entretanto los generales denegaban el embarque a muchos soldados ¡pues les faltaba un certificado ó un sello! Y de repente me convertí en comandante. A mi mando adicionalmente un grupo de 35 soldados sin jefes, que se habían unido a nosotros en Königsberg y que hasta el final no quisieron abandonarnos. En esos momentos el lema general era huir y salvarse. Nosotros queríamos alcanzar el Reich y allí seguir combatiendo, pero aquí, sin abastecimiento, sin combustible, sin armamento, sin munición, a nuestras espaldas agua, frente a nosotros el enemigo - era inútil tratar de influenciar a los hombres, el final estaba cerca - Al hablar en Hela a mis 250 hombres del batallón y del regimiento todavía sobre el futuro del Reich era evidentemente mi convencimiento. En Hela volvimos a embarcar en el transbordador y partimos. En Bornholm fuimos detenidos pero pudimos posteriormente seguir nuestro rumbo. En Kopenhagen fuimos abastecidos y desde allí nos dirigimos a Kiel. Era el 09.05. En el trayecto todos nos enteramos de lo que había sucedido. Era increible, para mí todavía hoy inconcedible ¡En la marcha desde Kiel a Lütjenburg el Batallón todavía destacó por su sincronización al desfilar!
Sí Sr. Krönke, el Batallón desfiló de forma sicronizada desde 1943 hasta el final. Yo tuve la suerte y el honor de, salvo una breve pausa, formar siempre parte de él. Ahora es el recuerdo, la camaradería y la sangre de los camaradas caídos lo que nos une irresolublemente a él, con sus acciones y con su hundimiento. Con él tambien perdí a mi compañía, la 1. Compañía, a la que me uní en 1933 y en la que a lo largo de muchos años he servido. Con ella ha acabado todo.
A continuación quiero informarle sobre el destino de algunos hombres a los que hasta estos momentos no he mencionado:
Von Senfft fué retirado a finales de Abríl. Volví a encontrarle en Putlos, donde había sido asignado a un estado mayor de formación de convoyes. Me visitó una vez y yo le devolví la visita. En Putlos tambien encontré a Eckstein, servía en el Korpsgruppe von Stockhausen. Eckstein me explicó que se había cruzado en una ocasión con Stigler en el rango de Hauptmann y que Merkel se encontraba en los alrededores. No he podido hablar con ninguno de ellos. Los dos estuvieron juntos en Pillau y se largaron en cuanto pudieron. Los hombres de la 1. Compañía no se lo perdonan a Merkel. Kohlei y Ockert fueron evacuados juntos y trasladados a un hospital en Rostock. Esto me lo comunicó el Oberleutnant Gerlach del '510'.
Schöffel cayó en Methgeten víctima de una 'máquina de coser'. Lang fué asignado antes de Pillau al '502', fué herido en la cabeza y evacuado. A Hilbig desde Pillau no le he vuelto a ver. Dorn fué asignado al estado mayor de la Großdeutschland, desde entonces no sé nada de él. Más adelante enumeraré a algunos Feldwebel que se encontraban en Holstein, el resto fueron todos sin excepción echos prisioneros. El 10.04. en Vierbrüderkrug cayeron el Stabsfeldwebel Boche y el Feldwebel Karl víctimas de las 'máquinas de coser', de las cuales siempre como mínimo diez sobrevolaban nuestras cabezas. Mausberg (Cruz Alemana), con una inigualable valentía, luchó con el último vehículo del Batallón en Fischhausen. Tras haber resultado su carro de combate gravemente dañado y conocedor que todos los recambios se habían quedado en Peyse, dió la orden de volar el vehículo. Unos días más tarde fué detenido por orden de la 'GD' y condenado a muerte. No tengo noticias sobre si fué todavía ejecutado, en cualquier caso no he vuelto a saber nada de él. Todos los muchachos de la 3. Compañía y especialmente su tripulación estaban totalmente deshechos.
Tras un día de espera, en Kiel fuimos desarmados, desembarcados y concentrados. El 11.05. nos pusimos en marcha tierra adentro. Llegamos a Hohenfelde en Lütjenburg. Yo mismo viví la siguiente situación: el 15.05. era un día extremadamente caluroso. Yo marchaba junto al Oberleutnant Gerlach. Tras una marcha de x kilómetros a gran velocidad nos detuvimos en una cuneta para descansar. Ahí un inglés de 18 - 19 años armado con un subfusíl nos gritó 'come on'. Moral y fisicamente para mí fué demasiado. Tras unos pocos kilómetros sufrí un golpe de calor, me desmayé y perdí el conocimiento durante 8 horas. En este periódo de tiempo me robaron todo lo que tenía encima, desde el abrigo hasta una pluma que tenía en el bolsillo. Recuperé el conocimiento en el hospital de Lütjenburg. Cinco camaradas murieron a mi lado, yo, el sexto, tras 14 días pude abandonar el hospital. Los médicos me habían dado por perdido. Los hombres se equivocan....
En Hohenfelde volví a encontrar a Noller, König, Schuster, Wurm, Heimbach, Klein y a otros suboficiales y soldados. El grupo había vuelto a ser dividido.
Hombres que se encontraban allí ó en la cercanía y a los que usted pudiera conocer: Major Bröckerhoff, Naumann, Hauptmann Kinzel, Bauer. Del Batallón no pude localizar a nadie, excepto von Senfft y Eckstein y Merkel en Putlos ¿Qué le puedo escribir de la vida en Hohenfelde? Alojamiento y comida perfecto. Como en todos los sitios aquí los 'soldados del frente' eran muy escasos. El 11.08. fuí puesto en libertad en Eutin. La misma noche de ese mismo día llegué aquí. Mi esposa y mi hijo se encontraban bien y como puede imaginar estaban muy felices. Aquí, en casa de mis suegros, todo estaba como lo había abandonado. Eso me alegra. Excepto dos cuñados, pero de los que entretanto he recibido notícias, esta casa está completa. Aún y así ¿dónde hoy en día no existe tristeza y sufrimiento? Tras una larga, muy larga espera, recibí finalmente correo de mis padres desde Prenzlau, en la zona rusa. Mi madre murió en Agosto por tifus, la granja ha sido incendiada, la tierra confiscada y todos los animales han desaparecido; de mis dos hermanos todavía no hay notícias. Todo esto en la carta de mi padre, que con sus 69 años vuelve a encontrarse totalmente solo. Me ha conmocionado muy fuertemente. Todavía tengo la esperanza de que mis hermanos se encuentren bien. Si no fuera el caso regresaría al otro lado para quedarme allí.
¿Qué vá a pasar conmigo y qué puedo hacer hoy? Como no estoy totalmente libre de cargas (1933 SA) nisiquiera he intentado empezar en algún organismo público. Desde el 11.08. trabajo con mi suegro de carpintero en el sector de la construcción. Tengo aquí mi família, mi trabajo y mi comida ¿Qué más necesita a día de hoy un hombre para ser feliz? Quizás logre en el futuro encontrar un mejor trabajo con ayuda de algún camarada, pues lo que estoy haciendo ahora solamente puede ser algo temporal. Si mis hermanos no regresan tendré que volver a mi casa, aunque por el bien de mis hermanos espero que no sea necesario ¿Puede usted aconsejarme qué dirección tomar?
He recibido correo del Leutnant Boche, el hermano del Stabsfeldwebel. Me informó sobre los terribles combates que tuvieron lugar aquí en la patria. Vive en Wolfratshaufen y trabaja por 60 peniques (Pfennig) la hora. Familiares me han escrito desoladoras cartas desde Berlín, Postdam y Neuruppin. En todos estos lugares las personas unicamente han salvado sus vidas. No es vivir, me ha escrito un tío desde Berlín, ¡es unicamente vegetar! Todo es inmensamente triste. El único consuelo es que finalmente hemos obtenido la libertad y la fraternidad de la democracia. Adicionalmente 200 personas por Km2 y todos juntos amablemente, nos dirigimos hacia una época dorada. La libertad de expresión y la libertad de prensa permiten ya hoy, poco despues de haber empezado la reconstrucción, expresar todo aquello que a la gente le sale del corazón. Entre nosotros el militarismo ha sido totalmente exterminado y pronto tambien sucederá lo mismo con el nacionalsocialismo, libres de estos frenos habrá vía libre para la democracia. En Nürnberg se trata de refutar juridicamente el lema de 'quien tiene el poder, tiene la justicia'. Despues de 12 años de progresiva decadencia en el aspecto político, económico, cultural y social es tan difícil volver a convertirse en un estado democrático y en una sociedad libre. Aún y así y con la fuerza de todas las partes debe lograrse esta difícil empresa. ¡El Reich de los mil años es nuestro! Más ahora que ha sido despertado afectuosamente de su bautismo por los aliados, a quienes el buen Dios parace haber asistido.
Sr. Krönke, quiero finalizar. Espero que mi informe, a pesar del en ocasiones triste contenido, le haya supuesto una pequeña alegria. Espero su próxima carta para saber de usted y de los camaradas. Le agradezco las direcciones de K. y von Schell, les escribiré proximamente.
Afectuosamente,
Erwin Völker