Informe redactado a mediados de Junio de 1943 por el comandante del Sturmgeschütz-Abteilung 243, Hauptmann Siegfried Keißhold, sobre las experiencias realizadas durante la operación 'Hildegard' (ofensiva contra la cabeza de puente soviética en Matwejew Kurgan a la orilla del Mius).

14.06.1943

Sturmgeschütz-Abteilung 243







Informe sobre experiencias realizadas en la operación 'Hildegard'


Por lo general se ha vuelto a constatar que las establecidas directivas sobre el empleo de cañones de asalto son correctas. En concreto se ha constatado lo siguiente:


  1. Experiencias tácticas:

    1. Preparación:

      Las reuniones y ejercicios realizados por el G.R.21 habían proporcionado una imágen completamente clara de cómo se desarrollaría el combate, tambien sobre el terreno. El tiempo disponible previsto para la preparación fué suficiente, todos los suboficiales pudieron ser instruidos sobre el terreno y preparados para resolver sus respectivas misiones. Sin embargo, la magnitud e intensidad de los preparativos no debe conducir a que la tropa adopte un sistema rígido, que no solo es un obstáculo sinó además peligroso si la situación real es otra a la planeada ó prevista.

    2. Comunicación:

      Gracias a las conversaciones personales realizadas con los líderes de todas las armas implicadas y la mútua familiarización alcanzada en el transcurso de los entrenamientos, se estableció una relación de confianza que resultó sumamente beneficiosa para la ejecución de la operación. Las existentes líneas de radio fueron aprovechadas al máximo, creando así el marco de comunicaciones para el combate. El establecimiento de la comunicación durante el combate fué excepcional, ni siquiera el ejercicio mejor planificado hubiera dado un resultado similar. Cuando debido a la dureza del combate en la "posición descarada" (Frechdachsstellung) se produjo una situación totalmente imprevista y los cañones de asalto acudieron en apoyo de las unidades que ahí combatían, la cooperación fué inmediata, como si la defensa de esta posición hubiera sido anteriormente entrenada una docena de veces. Se prescindió de la comunicación con la artillería desde los cañones de asalto, pues un cañón de asalto había sido asignado a un oficial del regimiento de artillería y con la infantería se encontraban observadores adelantados.

    3. Combate:

      El inusual despliegue de la batería de cañones de asalto fué condicionado por el terreno. Durante la primera fase del ataque la cresta que dividía longitudinalmente el área de ataque impidió el operar de una franja del terreno a la otra. Para poder apoyar el primer avance de la infantería la batería fué dividida en dos: el éxito logrado justifica totalmente la toma de esta algo inusual medida; es más, puede argumentarse que sobre este terreno cualquier otra decisión hubiera sido errónea. De hecho, en la segunda fase del combate y tras la toma de la "cresta de los hongos" (Pilzkimme) y de la "colina del carro de combate" (Panzerhöhe), la batería pudo detrás de estos dos puntos atacar al enemigo con fuego cruzado, algo que no hubiera sido posible en el caso de haber atacado frontalmente de forma concentrada. Desde el final de la segunda fase hasta la consolidación final de la primera línea de combate, la batería asumió una formación ligeramente concentrada, preparada en todo momento para interceptar un cotraataque. La comunicación entre los cañones de asalto situados en la izquierda y los situados en la derecha estuvo en todo momento asegurada por el cañón de asalto del comandante situado en la cresta. En cualquier fase del ataque hubiera sido posible una reagrupación de la batería.

      Para la defensa de débiles ataques enemigos la posición de los cañones de asalto fué adelantada. El inmediato potente fuego defensivo enemigo tras la aparición de los cañones de asalto puso en grave peligro a la infantería, mientras los cañones de asalto practicamente no tenían objetivos que atacar. En estos casos deben emplearse en primer lugar las armas pesadas de la infantería antes de reclamar armas todavía más pesadas.

      El apoyo de la artillería tiene que ser considerado como demasiado rígido y esquemático. Antes del início de la segunda fase del ataque, el terreno intermedio se vió sometido a un intenso y certero fuego enemigo dirigido principalmente contra los cañones de asalto. Los disparos observados procedían de cerca de Star.-Robowka y Kopani así como de la zona del barranco de Ssolenaja. Estas baterías (12,2 cm y 7,62 cm) disparaban ininterrumpidamente sin ser molestadas. El por el alto mando ordenado despliegue de un oficial de la artillería como observador en un cañón de asalto resultó ineficaz. Debido a los contínuos cambios de posición así como a las condiciones de visión inherentes al arma, la observación desde un vehículo acorazado no es sencilla. El artillero de asalto está acostumbrado y ha sido entrenado para ello, forma parte de su instrucción especial; pero tambien es artillero: antes de haber sido asignados a batallones de cañones de asalto todos los oficiales han sido instruidos como artilleros ordinários. Por lo tanto están mucho mejor capacitados para orientar el fuego de artillería que cualquier otro no artillero. Mediante el intercambio de puntos del mapa se asegura que desde el cañón de asalto pueda orientarse el fuego de artillería sobre objetivos identificados. Adicionalmente el empleo del cañón de asalto como un búnker móvil de la artillería contradice completamente la naturaleza del arma.

      La colaboración con los ingenieros no ha sido decisiva, pues debido al gran número de minas antipersona que tuvieron que desactivar, los ingenieros no pudieron seguir a los cañones de asalto. Debe reclamarse que en una guerra de trincheras todos los campos de minas própios sean conocidos; una mina de plato própia colocada al azar anteriormente provocó la pérdida de un cañón de asalto.
  2. Experiencias técnicas:

    Los cañones de asalto deben mantenerse en zonas de preparación que garanticen su camuflaje en todos los aspectos. Un motor en marcha, especialmente durante la noche, puede escucharse a grandes distancias y puede por lo tanto delatar el ataque. Los cañones de asalto nunca estarán disponibles cuando la infantería abandone la primera línea de combate, aún y así gracias a la diferencia de velocidad los cañones alcanzarán a la infantería rapidamente.

    Los pasos sobre nuestras própias trincheras deben tener 4 metros de ancho para que los cañones de asalto puedan atravesarlas sin peligro.

    Especialmente eficaz ha resultado el marcaje de objetivos para los cañones de asalto por parte de la infantería con munición luminosa así como la identificación de las partes más adelantadas con banderas, especialmente en la guerra de trincheras.

    Cañones de asalto:

    Los recien entregados faldones blindados (Panzerschürzen) ofrecen una excelente protección contra fusiles anticarro y cañones anticarro ligeros. La cúpula del comandante del cañón es demasiado estrecha, debería disponer de un diámetro 10 cm mayor. Para mejorar el camuflaje deben suministrarse redes de camuflaje, pues otro material de camuflaje es difícil de transportar.







Firmado: Keißhold, Hautpmann y Comandante